martes, 24 de noviembre de 2015

Freebird

Freebird’, de Lynyrd Skynyrd, es la canción que me gustaría que sonara el día de mi funeral. Sí, ya sé, suena algo tétrico. Pero cualquiera que conozca este célebre tema de una de las bandas señeras del rock sureño, sabrá que es de todo menos triste. Puedes decir de él que es demasiado épico, incluso que es una balada atípica porque al final se desboca. Pero nadie me podrá negar que como tema para despedirse es sencillamente perfecto.

Allen Collins siempre ha sido uno de mis guitarristas preferidos. Un tipo con muy mala suerte, con una historia vital tan complicada que nos dejó con tan solo 37 años. En mi opinión, Collins es un músico a reivindicar, un guitarrista de raza, con talento innato y con negrura, esa palabra que tanto le gusta usar a un buen amigo. ‘Freebird’ es, quizás, su canción más lograda, más sentida. Uno de los solos más celebres del rock de todos los tiempos. Que hemos podido escuchar en películas, en videojuegos... Lo he escuchado un millón de veces, y las que quedan, y me sigue poniendo los pelos de punta...

Lo dicho. A quien corresponda. Esta es la canción que quiero. Con la que me gustaría despedirme cuando me toque pedir la cuenta. Sin tristezas y sin prisas, que todavía quiero estar muchos años dando la tabarra. Pero que sea ‘Freebird’, no quiero otra.